Eran apenas las cinco de la madrugada cuando Marbella despertaba con el sobresalto inquietante del fuego, siempre el fuego. Un incendio en un local reconvertido en vivienda en la calle Vicente Blasco Ibáñez ha terminado con un hombre ingresado de urgencia en el Hospital Costa del Sol, víctima de la inhalación del siempre traicionero humo. Un humo que no perdona ni distingue edades ni circunstancias, en este caso las de un vecino de 74 años, cuyos hábitos de acumulación podrían haber facilitado el avance del fuego.
Las llamas, siempre caprichosas, dejan en el aire incógnitas que merecen respuesta: ¿Contaba el local con las mínimas medidas de prevención, como un extintor ABC o quizás un extintor CO₂ para sofocar rápidamente el fuego eléctrico que pudo generarse? ¿Qué circunstancia exacta originó el fuego? ¿Fue un descuido, una instalación eléctrica defectuosa, una vela encendida, o quizá un aparato eléctrico olvidado?
Emergencias 112 activó rápidamente a los Bomberos de Marbella, Policía Nacional, Policía Local y Emergencias Sanitarias 061, cuyas acciones evitaron males mayores. Pero cabe preguntarse: ¿Cuánto tiempo tardaron los equipos de emergencia en llegar al lugar de los hechos? ¿Se podría haber evitado la intoxicación del anciano con un simple extintor al alcance de la mano? Y sobre todo, ¿qué medidas tomará el Ayuntamiento de Marbella a raíz de este incidente, demasiado frecuente en locales que se utilizan como viviendas improvisadas?
Mientras el afectado se recupera en el hospital, Marbella despierta hoy con un interrogante incómodo: ¿Estamos suficientemente protegidos en nuestras casas, en nuestros locales, ante la amenaza constante del fuego?
