Cuando hablamos de precios extintores y los sistemas de protección no deberían verse como un gasto, sino como una inversión en seguridad. No hace falta gestionar un aeropuerto para entender que, cuando el fuego aparece, cada segundo cuenta. Por eso, tanto empresas como particulares deberían informarse sobre dónde comprar extintores adecuados a sus necesidades. Porque cuando el humo asoma, lo único que importa es tener la herramienta correcta a mano.
El caso es que el aeropuerto de Castellón ha movido ficha en su estrategia de protección contra incendios, y lo ha hecho con la precisión de quien sabe que la seguridad no admite improvisaciones. Tras un proceso de licitación en el que la competencia no ha sido feroz pero sí efectiva, la empresa asturiana Previnsa se ha hecho con el contrato del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios, una adjudicación que le reportará 1,3 millones de euros durante tres años, con opción a una prórroga.
El contrato, que partía con un presupuesto de 1,5 millones, ha visto una rebaja de casi 110.000 euros en la oferta final, lo que sin duda da margen a la administración para maniobras futuras. La adjudicación no ha sido una sorpresa: Previnsa fue el único licitador en presentarse, lo que simplificó el proceso, pero no le restó importancia a la decisión.
Pero no solo se ha blindado la respuesta ante el fuego con personal cualificado y equipamiento de primera línea. El aeropuerto también ha adjudicado el segundo lote del contrato, el relativo al mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios, una labor que recae ahora en la firma local Extintores La Plana S.L.. Por un importe de 34.503 euros, esta empresa se encargará de que cada dispositivo, desde mangueras hasta extintores, esté en perfecto estado cuando se le necesite.
Un aeropuerto bien pertrechado
La infraestructura no escatimará en medios para garantizar la seguridad en sus instalaciones. Entre la plataforma y la torre de control se sitúa el núcleo de operaciones contra incendios, que incluye un edificio de coordinación, una caseta almacén, una sala de supervisión acristalada con vistas al campo de vuelos y, como no podía ser de otra manera, los imprescindibles depósitos de agua y emulsor.
Hablamos de un depósito elevado con capacidad para 70.000 litros, suficiente para alimentar dos vehículos de extinción simultáneamente, además de una balsa de 16 metros cúbicos destinada a pruebas de succión. Porque, en cuestión de incendios, no basta con tener medios: hay que asegurarse de que están listos para actuar en el momento preciso.
Invertir en seguridad: una decisión que no se cuestiona
Si hay algo claro en este movimiento del aeropuerto de Castellón, es que la prevención contra incendios es una prioridad. No en vano, cada instalación, cada terminal y cada espacio de tránsito de pasajeros debe contar con equipamiento que cumpla la normativa. Y aquí es donde muchas empresas y particulares deberían tomar nota.