Un incendio en un local gastronómico del centro de Punta Alta volvió a encender las alarmas. Las llamas nacieron, una vez más, en la freidora de la cocina. Fue al atardecer, cuando el bullicio del fin de semana aún latía en las calles. Tres personas estaban dentro. Una de ellas, vencida por el susto, necesitó atención médica. El humo llenó el aire. La mampostería, vencida por el calor, cedió.
Ignifugaciones como barrera preventiva
Casos como este despiertan una necesidad urgente: las ignifugaciones en Madrid y otras ciudades deben dejar de ser vistas como un gasto y pasar a ser una inversión vital. La prevención no es un lujo, es el escudo que detiene tragedias mayores. Una buena ignifugación puede contener el avance del fuego en sus primeros minutos, dando tiempo a evacuar y actuar sin poner en riesgo vidas ni estructuras.
¿Y el certificado de ignifugación?
Además de aplicar materiales resistentes al fuego, es imprescindible contar con el certificado de ignifugación al día. No solo es un requisito legal, también es una garantía de que el establecimiento está preparado para lo impensado. Este documento acredita que se han seguido las normas adecuadas y que se ha hecho todo lo posible por proteger a empleados, clientes y patrimonio.
