Crónica con olor a humo y descuido: tres heridos en un incendio doméstico en A Coruña

Crónica con olor a humo y descuido: tres heridos en un incendio doméstico en A Coruña

A veces la tragedia se presenta temprano, con la torpeza del primer café y el rumor del despertador aún martilleando en los oídos. Fue a las 07:45 de este martes cuando el diablo, disfrazado de chispa, decidió hacer de las suyas en una cocina de la Ronda de Nelle, en A Coruña. Una campana extractora industrial, ese viejo centinela grasiento de vapores y frituras, dijo basta y ardió con furia inesperada. El humo, astuto y traicionero como siempre, se coló por el patio de luces, despertando a vecinos que ya intuían que aquel olor no venía del desayuno de nadie.

El 112 recibió la llamada de un particular que, con más olfato que suerte, dio la voz de alarma. Acudieron los bomberos, como caballería en tiempos de pólvora, junto a Protección Civil, la Policía y los sanitarios. Apagaron las llamas, sí, pero no evitaron que tres personas acabaran en el hospital por inhalación de humo. Gajes del despiste, o tal vez del no haber pensado en comprar extintor CO2 o, al menos, en comprar extintor ABC para tenerlo a mano, ahí, junto al microondas, como quien guarda una pistola bajo la almohada en tiempos peligrosos.

Pero la jornada no acabó ahí. En Sanxenxo, como si Galicia estuviera empeñada en arder por partes, un deshumidificador decidió también traicionar a sus dueños. En O Casal, parroquia de Noalla, el aparato estalló en cólera eléctrica justo antes de las diez de la mañana. Más humo, más miedo, más heridos. Dos personas, también evacuadas al hospital, también víctimas de esa vieja costumbre de no prever lo que un simple extintor podría haber contenido en segundos.

Así transcurrió la mañana: con sirenas, ceniza, y la amarga certeza de que en tiempos modernos, cuando todo puede arder, hay decisiones que salvan vidas. Como comprar extintor CO2 para sofocar fuegos eléctricos, o comprar extintor ABC para defenderse de los imprevistos más comunes. Porque el infierno, a veces, empieza en la cocina. Y no siempre da segundas oportunidades.

incendo A Coruña

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