Incendios de Valencia y Madrid

El devastador incendio de Valencia ha reavivado la memoria de otro caso similar en Madrid. En agosto de 2020, un edificio en Hortaleza ardió sin víctimas, pero con un patrón preocupante: su fachada usaba materiales idénticos a los del inmueble valenciano, fabricados por Alucoil. Estos hechos han puesto en duda la eficacia de las normativas actuales y la elección de componentes en construcciones de alto riesgo.

El fuego que desafió a los bomberos

El incidente madrileño comenzó al amanecer en la azotea de un piso alto. Las llamas descendieron rápidamente por el revestimiento exterior, afectando tres plantas. Los bomberos emplearon grúas de 70 metros y dos horas de trabajo para controlarlo. Las imágenes revelaron cómo las llamas dejaron una huella oscura hasta la planta 12, mostrando la vulnerabilidad de ciertos materiales ante el fuego..

Responsabilidades bajo investigación

Dos inquilinos del edificio madrileño fueron procesados en 2021 por negligencia. Según el juez, la barbacoa en su terraza —rodeada de objetos inflamables— inició el fuego, y los materiales de la fachada aceleraron su propagación. El caso sigue pendiente de juicio, mientras se analiza si hubo fallos en la elección de los componentes estructurales.

Innovación con riesgos ocultos

Estos paneles fueron pioneros en los años 2000 por su estética y ligereza. Sin embargo, Alfredo Sanz, experto en arquitectura técnica, advierte que su núcleo interno —sea resina o termoplástico— podría influir en su combustibilidad. “El goteo observado en Valencia sugiere que el material no resistió altas temperaturas”, explica, aunque reitera que su instalación fue legal en su momento.

Prudencia ante las conclusiones

Alucoil reconoce que sus productos estuvieron en ambos edificios, pero destaca la falta de registros exactos sobre su uso final. Un portavoz pidió evitar especulaciones hasta que los peritos determinen las causas técnicas. Hasta ahora, la empresa no ha sido contactada por autoridades, lo que abre interrogantes sobre los protocolos post-incendio.

Hacia normativas más robustas

Estos incendios exponen vacíos en la regulación de materiales de construcción. Tras 2006, el código técnico exigió mayor resistencia al fuego, pero muchos edificios antiguos siguen sin adaptarse. Incorporar soluciones de ignifugaciones en reformas podría mitigar riesgos, especialmente en estructuras con revestimientos combustibles.

El papel de la certificación

Garantizar la seguridad requiere no solo mejores prácticas, sino también documentación rigurosa. Un certificado de ignifugación, que verifique la resistencia real de los materiales, sería un paso clave para evitar futuras tragedias. Este documento podría convertirse en un requisito indispensable en proyectos nuevos y renovaciones.

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