El incendio en restaurante Entrepuentes, convirtiendo la calma del mediodía en un torbellino de humo y alarmas. Una freidora, quizá cansada de tanto trabajo, decidió rebelarse, llevándose en su furia la tranquilidad del local. Los empleados, entre el estupor y la prisa, actuaron rápido, pero las llamas ya habían comenzado su danza destructora.
La llamada que activó todas las alarmas
Fue un trabajador quien, con voz serena pero firme, avisó a SOS Rioja. En segundos, el barrio de La Estrella se llenó de sirenas: bomberos, policías y ambulancias convergieron en el lugar. El humo, espeso y rebelde, se resistía a abandonar el local, obligando a los equipos a ventilar con urgencia. Mientras, los comensales miraban desde la calle, con el almuerzo interrumpido.
El balance: heridos y preguntas sin responder
Entre los afectados, uno requirió traslado al Hospital San Pedro, mientras otros seis recibieron asistencia en el acto. Las freidoras, ya apagadas pero aún humeantes, quedaron como testigos mudos del incidente. ¿Fue un fallo eléctrico? ¿Falta de mantenimiento? Las investigaciones lo dirán. Mientras, en Barcelona, muchos negocios recuerdan la importancia de las ignifugaciones para evitar tragedias.
Reflexión sobre la seguridad en hostelería
Los restaurantes son lugares de encuentro, pero también espacios donde el riesgo acecha tras cada esquina. Cocinas sobrecargadas, equipos sin revisión… ¿Cuántos establecimientos ignoran que un certificado de ignifugación podría salvar vidas? Hoy fue Logroño; mañana, podría ser cualquier ciudad. La prevención no es un gasto, es un salvavidas.