Sistemas de extinción en cocinas comerciales: todo lo que debes saber sobre requisitos técnicos

Sistemas de extinción en cocinas comerciales: todo lo que debes saber sobre requisitos técnicos

La cocina de un restaurante, un hotel o un comedor industrial no es un lugar inocente. Entre el calor que no perdona, los aceites que hierven sin descanso y los equipos eléctricos que zumban de fondo, cualquier descuido puede derivar en un incendio. Y no hablamos de pequeños conatos que se sofocan con un paño húmedo. Hablamos de fuego real, de grasa ardiendo y de riesgo para trabajadores y clientes. Por eso, los sistemas de extinción en cocinas comerciales no son una opción: son un requisito legal y, sobre todo, una garantía de seguridad.

Normativa vigente: el marco legal que guía la seguridad

El Real Decreto 164/2025 es claro: las cocinas profesionales deben disponer de sistemas fijos automáticos de extinción que cumplan con la norma UNE-EN 17446. Se exige, además, que todo el conjunto esté certificado antes de su puesta en marcha y que cada componente cuente con marcado CE cuando la normativa europea lo requiera. El texto legal se detiene también en cuestiones prácticas: la señalización de los mecanismos de disparo manual (Anexo I, sección 2ª), las tablas de mantenimiento (Anexo II) o la aplicación de nuevos epígrafes desde el 10 de mayo de 2025.

En otras palabras: sin papeles en regla, no hay cocina en funcionamiento. Y sin instalación homologada, el riesgo de sanción y cierre es tan real como el fuego mismo.

La importancia de los sistemas automáticos en cocinas profesionales

Un extintor manual es útil, pero insuficiente. Lo que marca la diferencia en una cocina profesional es un sistema automático de extinción capaz de detectar el fuego, activarse sin intervención humana y sofocar las llamas en segundos. Estos equipos se diseñan para atacar allí donde el riesgo es mayor: campanas extractoras, filtros, conductos de ventilación y superficies de cocinado. Su rapidez de respuesta no solo evita que el fuego se propague, también reduce los daños materiales y garantiza la reanudación de la actividad en menos tiempo.

No olvidemos un dato: más del 65% de los incendios en restaurantes tienen su origen en la campana extractora. Y ahí es donde estos sistemas muestran su eficacia incuestionable.

Por eso, cuando se habla de equipos de extinción de incendios en campanas industriales, no se está hablando de accesorios opcionales, sino de la columna vertebral de la seguridad en cualquier cocina que funcione con seriedad.

Tipos de sistemas fijos automáticos de extinción

La tecnología ha puesto sobre la mesa distintas soluciones, cada una con ventajas y limitaciones que conviene conocer:

  • Rociadores automáticos y agua pulverizada: clásicos, efectivos contra sólidos y líquidos inflamables, aunque requieren especial cuidado en contacto con aceites calientes.
  • Agua nebulizada: libera una neblina de gotas muy finas que enfría y desplaza oxígeno; menos daños por agua, más indicada en cocinas con equipos eléctricos delicados.
  • Espuma física: crea una capa que sofoca el fuego y previene la reignición, ideal para freidoras y grandes colectividades.
  • Polvo químico: contundente pero sucio, recomendado en cocinas de menor tamaño.
  • Agentes gaseosos (CO₂, FM-200): desplazan oxígeno sin dejar residuos; perfectos para campanas y cuadros eléctricos.
  • Aerosoles condensados: liberan partículas sólidas que interrumpen la combustión; ocupan poco espacio y actúan como complemento.
  • Agentes químicos acuosos: los más usados hoy en día, capaces de reaccionar con grasas y aceites para enfriar y sellar la superficie en llamas.

En el fondo, cada sistema responde a un perfil de riesgo y de cocina. Un comedor hospitalario no tiene las mismas necesidades que una freiduría industrial, y la normativa lo contempla.

De ahí que la comercialización de equipos de extinción de incendios en campanas industriales se haya diversificado tanto en los últimos años. Las opciones son múltiples, pero el objetivo sigue siendo el mismo: frenar el fuego antes de que se convierta en tragedia.

Componentes principales: más que tubos y boquillas

Un sistema fijo de extinción en cocinas comerciales no es una caja negra misteriosa. Sus piezas son conocidas y todas tienen un papel preciso:

  • Recipientes presurizados que contienen el agente extintor.
  • Tuberías y boquillas distribuidas estratégicamente en campanas y zonas críticas.
  • Sistemas de detección automática: fusibles térmicos o detectores electrónicos.
  • Mecanismos de disparo manuales y automáticos, siempre señalizados.
  • Paneles de control que coordinan activación y conexión con alarmas.

El detalle técnico importa porque, cuando la normativa no especifica requisitos para un componente concreto, la certificación recae en el sistema completo. Y eso significa que cada engranaje cuenta.

Requisitos de instalación: quién puede y quién no puede instalar

La legislación lo repite: solo empresas instaladoras habilitadas pueden ocuparse de estos sistemas. No vale el instalador de confianza ni la empresa multiservicios de mantenimiento general. Se requiere acreditación específica en función del sistema (agua, espuma, polvo, gases o aerosoles). En el caso de los agentes químicos acuosos, mientras no exista un epígrafe específico, deben instalarlos empresas autorizadas en otros sistemas fijos reconocidos.

Las exigencias son claras: cumplimiento estricto de la UNE-EN 17446, materiales con marcado CE y un proyecto técnico firmado por profesional competente.

No es un capricho burocrático: se trata de asegurar que, llegado el momento, el sistema responda como debe. Los errores aquí se pagan caros. Y basta asomarse a la sección de sucesos para comprobarlo.

Mantenimiento obligatorio: el calendario que no se puede saltar

Un sistema sin mantenimiento es un sistema muerto. El reglamento lo contempla en detalle:

  • Inspecciones trimestrales: comprobar presión, estado de boquillas y detectores.
  • Revisión semestral: pruebas de funcionamiento y verificación de mecanismos manuales y automáticos.
  • Mantenimiento anual: desmontaje parcial, sustitución de piezas y calibración de equipos.
  • Pruebas quinquenales: revisión integral, pruebas hidráulicas y recarga de agentes.

Todo ello debe quedar reflejado en el Libro de Mantenimiento de Instalaciones Contra Incendios, disponible para inspecciones oficiales. Un documento que, más que un trámite, es la prueba escrita de que la seguridad no se deja al azar.

Ventajas de los sistemas fijos de extinción en cocinas comerciales

Instalar un sistema automático de extinción no es únicamente cumplir la ley. Es, sobre todo, blindar la continuidad del negocio y la seguridad de las personas:

  • Protege al personal y a los clientes frente a incendios repentinos.
  • Minimiza pérdidas económicas al reducir los tiempos de inactividad.
  • Evita sanciones y cierres administrativos derivados de incumplimientos.
  • Garantiza rapidez: actúa en segundos sin intervención humana.
  • Se adapta a campanas y conductos, origen habitual de los incendios.

Las cocinas profesionales viven al límite, entre calor, grasa y presión por servir rápido. Pero hay algo que no puede improvisarse: la protección contra incendios. Los sistemas de extinción en cocinas comerciales no son un añadido decorativo: son la primera línea de defensa. La normativa los exige, la seguridad los reclama y el sentido común los convierte en imprescindibles. Con el R.D. 164/2025 en vigor, el futuro de las cocinas comerciales se escribe con una palabra: prevención.

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