Nuevas exigencias urbanas: cómo la actualización del Código Técnico refuerza la seguridad contra incendios en viviendas y trasteros. Impacto de los nuevos usos urbanos en la seguridad contra incendios.
La reciente actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE) supone un antes y un después en la forma en que se conciben los espacios comunes de los edificios residenciales. En un contexto en el que proliferan los trasteros de alquiler y los pisos turísticos, las autoridades han reconocido la necesidad de reforzar las medidas de seguridad para adaptarse a unos usos urbanos que ya forman parte del día a día en las ciudades españolas. Estos cambios no son meramente estéticos, sino que buscan responder a riesgos reales: un mayor flujo de usuarios, muchos de ellos desconocedores del inmueble, y un incremento de la presión de evacuación en caso de incendio.
La norma introduce nuevas exigencias de compartimentación, resistencia al fuego y sistemas de protección avanzada, tanto activa como pasiva, que modifican la forma de diseñar los edificios residenciales desde los cimientos. Desde el pasado 10 de noviembre, todas las solicitudes de licencia deben ajustarse a esta revisión del CTE, lo que implica una importante transformación para promotores, arquitectos y técnicos.
Un nuevo marco de seguridad para espacios de almacenamiento y zonas comunes
Las edificaciones modernas incorporan cada vez más espacios de almacenamiento independientes de las viviendas, que se utilizan tanto para uso privado como para alquiler temporal. Esta tendencia ha obligado al CTE a actualizar su documento básico de seguridad en caso de incendio, con el fin de garantizar que estos espacios no se conviertan en un riesgo añadido dentro del edificio.
Así, los trasteros y mini-almacenes tendrán que integrar sistemas de detección automática, vestíbulos de independencia y elementos constructivos con mayor resistencia al fuego. El objetivo es claro: evitar la propagación del humo y las llamas hacia las zonas comunes, permitiendo una evacuación segura y eficaz.
La importancia de planificar adecuadamente antes de comprar extintores
Contar con equipos adecuados se convierte en una prioridad. Muchas comunidades de propietarios y administradores optan por comprar extintores de calidad para reforzar las instalaciones, adaptándose a las necesidades específicas de cada edificio. La elección del tipo de extintor, su ubicación estratégica y el cumplimiento de la normativa vigente son aspectos esenciales para garantizar una protección eficaz ante un incendio.
La actualización del CTE subraya que cada caso debe evaluarse individualmente, considerando factores como el tipo de actividad, el flujo de personas y el nivel de riesgo inherente a cada espacio. Esto hace imprescindible seleccionar equipos certificados, adecuados al tipo de materiales almacenados y acompañados de un mantenimiento profesional.
Medidas reforzadas y nuevas exigencias: el papel clave de los extintores co2
Los cambios introducidos también reflejan la necesidad de apostar por soluciones especializadas, como los extintores co2, especialmente útiles en entornos donde existen aparatos eléctricos, instalaciones tecnológicas o zonas donde no se desea dejar residuos tras la extinción. Su capacidad para sofocar incendios sin provocar daños colaterales los convierte en una herramienta esencial en determinados espacios comunes o de almacenamiento.
En edificios con trasteros de alquiler, donde pueden coincidir materiales combustibles con equipamiento eléctrico, estos extintores se vuelven un complemento indispensable dentro de la estrategia de seguridad. La normativa no solo exige la presencia de sistemas contra incendios, sino que impulsa la implementación de tecnologías más eficientes y acordes a las necesidades de cada instalación.
Un diseño residencial basado en la protección contra incendios
La revisión del CTE impulsa una arquitectura más consciente del riesgo y más orientada a la proteccion contra incendios. La introducción del nuevo “uso almacén”, la limitación del uso de escaleras abiertas como salidas de planta y la obligación de compartimentar zonas comunes buscan garantizar que los edificios resistan el tiempo suficiente para evacuar a todas las personas con seguridad.
La protección pasiva —muros, puertas RF, sellados y compartimentaciones— se combina ahora con sistemas activos más avanzados, como detección y extinción automática, para crear un entorno mucho más seguro. El objetivo no es solo cumplir la norma, sino adelantarse a los escenarios reales que puedan presentarse en viviendas, trasteros y espacios de uso público o turístico.
Esta reforma también tiene un impacto directo en Galicia, donde el aumento de los trasteros de alquiler y la expansión del uso turístico de viviendas ha generado nuevos retos para los responsables técnicos. La arquitectura moderna ya no puede limitarse a ofrecer comodidad y diseño: debe integrar soluciones inteligentes que minimicen el riesgo y garanticen la protección de todos los ocupantes.
Los nuevos hábitos urbanos exigen un enfoque preventivo y adaptable
Las ciudades cambian, y con ellas, las necesidades de seguridad. La normativa reconoce que el incremento de usuarios que desconocen el edificio —como ocurre en pisos turísticos y trasteros de alquiler— dificulta la reacción ante un incendio y aumenta la presión de evacuación. Por ello, la actualización del CTE incorpora requisitos más estrictos que obligan a replantear la configuración de pasillos, escaleras, vestíbulos y zonas de acceso.
La evaluación individualizada de riesgos pasa a ser un pilar fundamental. No basta con cumplir un estándar general: cada edificio deberá analizar sus características específicas y adoptar medidas adaptadas. Esto supone un avance significativo en materia de prevención, permitiendo anticiparse a situaciones que pueden complicar la evacuación y aumentar la carga térmica del inmueble.
Una normativa que moderniza, protege y responde a la realidad urbana
La reforma del Código Técnico no es una mera actualización burocrática: es una respuesta directa a las transformaciones sociales y urbanas que están redefiniendo la forma de habitar nuestras ciudades. Con edificios cada vez más complejos y con usos más diversos, reforzar la seguridad contra incendios se convierte en una obligación ineludible.
Las nuevas medidas suponen un reto para arquitectos, promotores y comunidades, pero también una oportunidad para construir espacios más seguros, eficientes y capaces de responder a emergencias reales. La combinación de sistemas avanzados, materiales resistentes y una planificación exhaustiva garantiza que las personas dispongan del tiempo necesario para evacuar con seguridad.

