¿Hay un extintor en tu edificio? Seguro que sí, pero ¿y en tu casa tienes uno?

¿Hay un extintor en tu edificio? Seguro que sí, pero ¿y en tu casa tienes uno?

El peligro empieza donde termina tu confianza

En los portales de media España cuelgan extintores como símbolos de una seguridad que creemos tener garantizada. Uno entra al edificio, ve ese cilindro rojo en la pared y piensa: “Bueno, esto está cubierto”. Y así seguimos, confiados, con esa tranquilidad impostada que sólo proporciona el desconocimiento.

Pero la realidad es otra: si el incendio arranca en tu cocina, en tu salón o en el cuarto del termo eléctrico, el extintor de la escalera no va a salvarte. Para entonces, cuando intentes salir a buscarlo, puede que ya sea tarde. Puede que no veas nada. Puede que no salgas.

Y entonces llega la pregunta incómoda, esa que muchos no quieren hacerse por pura pereza: ¿tienes un extintor para casa?

Extintores comunitarios: mitos, verdades y olvidos

Es cierto: la normativa exige a las comunidades de vecinos contar con equipos de extinción. Pero eso protege el edificio, no tu vivienda. Si se desata un fuego dentro de tu hogar, el primer minuto es decisivo. Y salvo que vivas en un estudio de 20 metros cuadrados al lado del cuarto de contadores, no llegarás a tiempo al extintor común.

Ese pequeño dispositivo que muchos asocian con naves industriales o locales comerciales debería estar colgado también en tu cocina. No como adorno, ni como capricho, sino como herramienta de supervivencia.

Un extintor para casa no es un lujo. Es la diferencia entre apagar un conato de incendio o lamentar una pérdida irreparable.

¿Y tú, sabes dónde comprar extintores?

Aquí viene otra de esas verdades que duele escuchar: la mayoría de los ciudadanos no sabe ni donde comprar extintores. Y no porque no existan opciones. Las hay, y muchas: tiendas especializadas, plataformas online, grandes superficies, ferreterías de barrio…

El problema no es el acceso. El problema es la falta de cultura preventiva.

Un extintor básico de polvo seco tipo ABC cuesta menos de lo que te gastas en gasolina una semana. Y tiene una vida útil que puede superar los cinco años. Es decir: por menos de 30 euros puedes tener una herramienta capaz de frenar un desastre en segundos.

Pero claro, no lo vemos en Instagram, no sale en las series de Netflix, nadie presume de ello. Y como no se presume, no se compra.

Blog de extintores y la verdad que no quieres leer

Este blog de extintores no está aquí para venderte la moto. No se trata de infundir miedo, sino de plantar en tu cabeza una idea que tal vez no has querido asumir:

Tu hogar, por muy seguro que creas que es, está lleno de puntos calientes.

Cocinas de inducción, microondas, regletas con tres cargadores, secadores, estufas, velas, inciensos… Todos son potenciales desencadenantes de un fuego. ¿Y qué haces tú? Nada. O lo que es peor: confías en que nunca pase nada.

Pero la estadística es terca. Y cada año, en España, se producen miles de incendios domésticos. Algunos se quedan en sustos. Otros no. ¿La diferencia? Tener un extintor cerca, saber usarlo, y actuar sin pánico.

Tipos de extintores para casa: cuál elegir y dónde colocarlo

No todos los extintores son iguales, ni todos sirven para cualquier fuego. Para el ámbito doméstico, lo más recomendable es un extintor de polvo ABC de 1 o 2 kg. ¿Por qué? Porque cubre los tres grandes grupos de fuego:

  • A: materiales sólidos (madera, papel, textiles)
  • B: líquidos inflamables (aceites, alcohol, pinturas)
  • C: gases y equipos eléctricos

Colócalo cerca de la cocina, pero nunca justo encima de la vitro o el horno. El pasillo, el lavadero o la entrada también son buenas ubicaciones, siempre que sea visible y accesible.

Revísalo cada seis meses. No hace falta ser técnico: basta con comprobar que la aguja del manómetro está en verde y que no hay golpes ni óxido.

¿Y si nunca he usado un extintor? Aprende. Ya.

Tener un extintor sin saber usarlo es como tener un coche sin saber conducir. La mayoría de modelos actuales llevan instrucciones claras en el cuerpo del cilindro. Aun así, conviene practicar o al menos ver vídeos demostrativos.

La regla básica es fácil de recordar: PASS

  • P: PULL (tira del pasador)
  • A: AIM (apunta a la base del fuego)
  • S: SQUEEZE (aprieta la maneta)
  • S: SWEEP (mueve en zigzag)

Diez segundos bien usados valen más que una llamada al 112.

El coste de la indiferencia

No tener un extintor en casa es una forma de jugar a la ruleta rusa con tu seguridad. Cada día que pasa sin uno, es un día más apostando a que “a ti no te va a pasar”.

Y si pasa —porque puede pasar— no habrá excusas que valgan. Ni seguros, ni indemnizaciones, ni lamentos. Porque el fuego lo devora todo en minutos. Y tú lo sabes.

No esperes a que el humo te despierte en mitad de la noche. No confíes en que el extintor del rellano funcione. No delegues tu seguridad en terceros.

No es miedo, es responsabilidad

Tener un extintor para casa no es una cuestión de paranoia. Es sentido común. Es una decisión simple, barata, eficaz. Una inversión mínima con un beneficio máximo: proteger a los tuyos, tu hogar, tus recuerdos.

Porque sí, hay extintores en los edificios, en los garajes, en los ascensores… Pero la pregunta sigue en pie: ¿y en tu casa tienes uno?

No respondas ahora. Responde en la tienda. En el carrito online. En la acción. Porque solo entonces, podrás dormir tranquilo.

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