¿Debo instalar un sistema de extinción automática en mi cocina industrial?
La cocina industrial de un restaurante no es solo un escenario de recetas memorables. Es, ante todo, un entorno donde el fuego, la grasa y la velocidad conviven a diario, y cualquier descuido puede traducirse en llamas. Por eso, la pregunta no es si debemos instalar un sistema de extinción automática, sino por qué aún no lo hemos hecho.
Normativa, riesgo y sentido común: la tormenta perfecta
En España, la legislación es clara. El Código Técnico de la Edificación (CTE), en su Documento Básico de Seguridad contra Incendios (DB-SI), establece la obligatoriedad de instalar sistemas de extinción automática en cocinas industriales en función de la potencia térmica de los equipos. Si hablamos de cocinas en hospitales o residencias públicas, basta con superar los 20 kW para que sea obligatorio. En el caso de cocinas comerciales o residencias privadas, el umbral sube a los 50 kW.
Pero ahí no termina la historia. Esta potencia se calcula solo considerando aquellos aparatos que pueden provocar ignición, como freidoras, hornos, sartenes basculantes y fogones. Incluso las freidoras tienen una regla especial: 1 kW por cada litro de capacidad, independientemente de su potencia nominal. Si tu cocina industrial alcanza estas cifras y no tienes instalado un sistema de extinción automática, estás incumpliendo la normativa… y jugando con fuego, literalmente.
Además, la normativa exige que el sistema de extinción cubra también el sistema de extracción de humos. Porque si la grasa acumulada en una campana extractora industrial prende, el fuego se propagará como pólvora.
Mobiliario de acero inoxidable y sistemas integrados: una pareja indisoluble
Si hay algo que define una cocina profesional moderna es su mobiliario de hostelería, especialmente en lo que respecta a las campanas extractoras industriales de acero inoxidable. Este tipo de equipamiento no solo garantiza durabilidad y facilidad de limpieza, sino que además permite incorporar de forma eficiente el sistema de extinción automática.
La integración de estos sistemas en las campanas extractoras no es solo un capricho de diseño, es una necesidad técnica. El sistema debe contar con sensores térmicos, difusores específicos, pulsadores de activación manual y, sobre todo, una red de tuberías de acero inoxidable —el material por excelencia en las cocinas industriales— que asegure una distribución homogénea del agente extintor.
Por ello, si vas a renovar tu campana de cocina industrial, asegúrate de que cuente con la preinstalación adecuada para el sistema de extinción. No es un gasto; es una inversión en seguridad y en cumplimiento normativo.
Evita ser considerado “riesgo especial” en los trámites administrativos
Según el CTE, una cocina que supera los 20 kW sin sistema de extinción se considera un “local de riesgo especial”. ¿Qué implica esto? Más requisitos, más trámites, más costes. Estamos hablando de puertas cortafuegos, estructuras de compartimentación, estudios de evacuación… Un dolor de cabeza técnico y económico.
La buena noticia es que, con la instalación de un sistema de extinción automática, puedes evitar esa etiqueta. Así, tu cocina pasará a considerarse un espacio de menor riesgo, facilitando los permisos de apertura, reduciendo costes en obras y ganando en seguridad desde el minuto uno.
Además, muchas aseguradoras exigen este tipo de instalación como requisito para cubrir daños por incendio. Ignorar esta necesidad puede dejarte desprotegido justo cuando más lo necesitas. Puedes leer más sobre este tipo de soluciones técnicas en este blog de hostelería.
¿Y qué sistema elegir? Protex, una apuesta segura
Dentro del abanico de opciones disponibles en el mercado, uno de los sistemas que más destaca es el Protex de Finding Life Project SL. Homologado bajo la norma UNE 23501:2017, este sistema de extinción automática se ha convertido en el estándar de excelencia para bares, restaurantes y comedores industriales.
¿Qué lo hace diferente? Para empezar, su capacidad de actuar en segundos, eliminando el fuego y evitando su reaparición. Utiliza un agente espumógeno específico para grasas, totalmente inocuo para el personal, y su instalación es discreta, sin entorpecer la operativa diaria de la cocina. Pero quizás su gran virtud es la facilidad de limpieza posterior a la activación. Porque cuando el fuego ha sido controlado, toca seguir sirviendo comidas sin perder el ritmo.
Instalarlo no es una opción, es una responsabilidad
La instalación de estos sistemas no puede dejarse en manos inexpertas. Requiere planificación, certificación y ejecución por parte de empresas especializadas. Porque no se trata solo de colocar un tubo o un sensor. Se trata de entender los flujos de aire, los puntos críticos de ignición y la distribución eficiente del agente extintor en toda la cocina.
Instalar un sistema de extinción automática, integrado en una campana extractora de acero inoxidable, no solo es una obligación legal, es una garantía de continuidad, de seguridad para los trabajadores, y de confianza para los clientes. Cada restaurante que protege su cocina está, en realidad, protegiendo su futuro.
No se trata de si debes, sino de cuándo lo harás
Así que volvamos a la pregunta inicial: ¿Debo instalar un sistema de extinción automática en mi cocina industrial? La respuesta es rotunda: sí, cuanto antes. Y no lo decimos por cumplir la ley o ganar puntos con el técnico municipal. Lo decimos porque cada servicio, cada plato y cada cliente merecen un entorno seguro. En el mundo de la hostelería, donde todo pasa en segundos, un sistema de extinción automática puede marcar la diferencia entre seguir sirviendo… o ver cómo todo se reduce a cenizas.

