Cuando el fuego no avisa: lección ardiente desde Caldas de Reis.
Caldas de Reis, tierra de aguas termales, peregrinos agotados y tapas que hacen patria. Pero el sábado, a eso de la una, no fue el aroma del pulpo ni el perfume del albariño lo que impregnaba el aire. No, una columna de humo como un mal presagio se alzaba, grotesca, visible desde varios kilómetros. Algo no iba bien, y lo que no iba bien era que la tapería 5 Jotas, en pleno centro, se quemaba viva.
La cocina exterior, improvisada como tantas, ardía como una falla valenciana, y la terraza, esa extensión de madera y toldos tan estética como peligrosa, se consumía al ritmo del crepitar más temido. No es exageración: un incendio de envergadura, de esos que llaman la atención hasta a los más despistados. Y justo cuando el local estaba a rebosar. Pleno. A tope. Hasta la bandera.
Causas que se repiten y errores que se perpetúan
Todo apunta a un cortocircuito. Tal vez la freidora, esa vieja conocida del riesgo térmico. O quizás el cableado, forzado, fatigado, descuidado. Lo que está claro es que la chispa encontró su camino y no hubo quien se lo impidiera. En cuestión de minutos, el fuego se apoderó del espacio, saltó de la cocina a la terraza, y de allí al edificio contiguo. Persiana derretida, ventana calcinada, y vecinos evacuados como si de un simulacro se tratara, pero sin ensayo previo.
Ahora bien, la pregunta incómoda, la que nadie quiere hacer pero todos se plantean: ¿y si hubiese habido un sistema de extinción de incendios en campanas extractoras? Porque cuando se cocina al aire libre, sin protección, sin medidas preventivas, se cocina sobre pólvora.
La prevención no es estética, es supervivencia
Un sistema de extinción de incendios en campanas extractoras no es un adorno ni un capricho del técnico de riesgos laborales. Es una herramienta vital, un salvavidas metálico que actúa cuando el humano falla, cuando la grasa arde y el tiempo corre. Este tipo de instalación puede marcar la diferencia entre un susto sofocado y una ruina asegurada.
Estos sistemas están diseñados para actuar en segundos. Detectan cambios de temperatura, liberan agentes extintores no dañinos para el equipamiento, y cortan el suministro de energía. Lo hacen todo sin que nadie tenga que dar la orden. Porque el fuego no espera. Nunca espera.
Extinción campanas de cocina: el escudo que muchos ignoran
No deja de sorprendernos la cantidad de locales, especialmente pequeños negocios, que aún no cuentan con sistemas de extinción en campanas de cocina. Años y años de funcionamiento sin incidentes generan una falsa sensación de seguridad. Pero basta un descuido, una grasa acumulada, un cable viejo… y todo estalla. Literalmente.
La extinción campanas de cocina no debería ser una opción, sino una obligación. Porque hablamos de entornos donde el fuego convive con el ritmo diario, donde se fríe, se asa, se hierve y se saltea sin pausa. Y mientras se sirven tapas, se sirve también el riesgo.
La experiencia gallega: más que un susto
Y volviendo al caso de Caldas: la estructura de madera quedó arrasada, el toldo reducido a cenizas, y la fachada del edificio colindante llorando humo por los ojos de sus ventanas. Solo la actuación rápida de los servicios de emergencia evitó una tragedia mayor. Pero el daño ya estaba hecho. Económico, sí. Emocional, también. Porque ver tu negocio consumido por las llamas, ver cómo el esfuerzo de años desaparece en media hora, no lo salva ni el mejor seguro.
Y aquí es donde este blog de extintores tiene que alzar la voz. No basta con lamentarse. Hay que actuar. Hay que instalar, revisar, mantener y formar. Hay que entender que la hostelería no es solo sabor y servicio: es seguridad en cada paso.
Consejos prácticos para evitar que el fuego lo arrase todo
Sabemos que en cocina no hay tiempo. Que el cliente espera. Que la comanda entra. Pero también sabemos que el fuego no da segundas oportunidades. Por eso, insistimos:
- Revise sus instalaciones eléctricas cada seis meses.
- Limpie las campanas y los filtros a conciencia, no por encima, sino a fondo.
- Instale un sistema de extinción automático certificado.
- Forme a su equipo en uso de extintores y evacuación.
- Evite materiales inflamables en la estructura de terrazas.
- Mantenga salidas de emergencia despejadas y señalizadas.
No es complicado. No es caro. Es cuestión de compromiso.
Una inversión que evita el desastre
Muchos empresarios hosteleros ven en estos sistemas un gasto más. Pero ¿cuánto vale su negocio? ¿Y su reputación? ¿Y la vida de un cliente o un trabajador? Porque eso también está en juego. Los equipos de extinción para cocinas profesionales han evolucionado. Son discretos, eficientes, fáciles de mantener y compatibles con todo tipo de instalaciones.
Y lo mejor: funcionan sin margen de error humano. Cuando el sensor se activa, el agente extintor se libera. Cuando la temperatura se dispara, el sistema responde. Sin gritos, sin caos, sin necesidad de héroes.
Caldas de Reis: una llamada de atención para toda Galicia
Lo sucedido en la tapería 5 Jotas no es un caso aislado. Pasa más de lo que nos gustaría admitir. Cada semana, algún negocio sufre las consecuencias de no estar preparado. Y eso, en pleno 2025, no se puede permitir. Porque el conocimiento está. La tecnología también. Lo que falta es voluntad.
No esperemos a que el humo se cuele por nuestras ventanas para reaccionar. No esperemos a ver nuestras terrazas ardiendo en las redes sociales. Tomemos las riendas antes de que sea tarde.
El fuego no perdona descuidos
En definitiva, el incendio de Caldas no solo dejó cenizas: dejó lecciones. Enseñanzas que deben transformarse en acciones. Porque en la hostelería, como en la vida, quien no se protege, se arriesga a desaparecer.
Instalar un sistema de extinción adecuado no es solo cumplir una norma. Es apostar por la continuidad, por la seguridad, por la responsabilidad. Y eso, señores, no tiene precio.

