Arde un almacén de baterías en el CTAG de O Porriño: la importancia de la prevención industrial.
Un almacén de baterías del Centro Tecnolóxico de Automoción de Galicia (CTAG), ubicado en O Porriño, ardió este martes poco antes de las 14:00 horas, generando una rápida respuesta de los servicios de emergencia de la comarca. Según confirmó el propio centro, el fuego se originó en un contenedor exterior acondicionado con medidas de seguridad, lo que permitió mantener el control de la situación en todo momento.
El incendio, que no registró daños personales, movilizó a los Bombeiros do Baixo Miño y a los de O Morrazo, quienes lograron sofocar las llamas y evitar que el fuego se propagara a otras zonas del complejo tecnológico. La voz de alarma fue dada por un vigilante de seguridad tras detectar humo en la zona de ensayo de baterías de litio, próxima a la pista de atletismo de Porriño, dentro del polígono industrial de A Granxa.
El suceso se saldó sin explosiones ni heridos, únicamente con sobrepresión por la expulsión de gases, habitual en este tipo de materiales energéticos. Pese a la tensión inicial, la situación quedó bajo control en pocos minutos gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencia y a la correcta implementación de las medidas de seguridad internas.
El papel del extintor para baterías de litio en entornos de alta tecnología
Uno de los aprendizajes más claros que deja este incidente es la necesidad de contar con un extintor para baterias de litio en instalaciones donde se manipulen materiales energéticos de alta densidad. Este tipo de extintor no solo está diseñado para apagar las llamas superficiales, sino también para interrumpir la reacción química interna que alimenta los incendios derivados del litio.
En situaciones como la del CTAG, donde se almacenan baterías destinadas a ensayos y pruebas, estos dispositivos son esenciales. La composición química de las celdas de litio hace que los incendios sean difíciles de controlar con extintores convencionales como los de CO₂ o polvo. Los extintores especializados contienen agentes encapsulantes que absorben el calor y bloquean la liberación de gases inflamables, evitando la propagación de la llama.
De hecho, los bomberos que intervinieron en el CTAG aplicaron protocolos similares a los recomendados para este tipo de siniestros: refrescar primero el contenedor, retirar las baterías afectadas y sumergirlas en agua durante varios días para eliminar el riesgo de reignición térmica.
La eficacia de los extintores para baterías de litio en la prevención de incendios
Los extintores para baterias de litio son una herramienta fundamental en la prevención industrial moderna. Estos equipos actúan sobre el foco del incendio mediante una reacción química que reduce la temperatura y neutraliza la energía residual acumulada en las celdas dañadas.
Su uso se ha extendido en laboratorios, centros de investigación y plantas industriales, especialmente en sectores vinculados al desarrollo de la electromovilidad, donde las baterías de litio son protagonistas. A diferencia de los sistemas tradicionales, estos extintores ofrecen una respuesta rápida, limpia y segura, sin generar residuos conductores o corrosivos.
Contar con este tipo de protección no solo reduce los daños materiales, sino que también minimiza los tiempos de respuesta y evita reacciones en cadena que podrían tener consecuencias graves. En el caso de O Porriño, disponer de sistemas de extinción específicos contribuyó a mantener el siniestro bajo control desde el primer momento.
Extintores para litio: tecnología avanzada al servicio de la seguridad industrial
Los extintores para litio representan una evolución tecnológica en el campo de la seguridad contra incendios. Están formulados con agentes encapsulantes capaces de aislar las partículas activas del metal y cortar el suministro de oxígeno, lo que evita la propagación de la combustión incluso en condiciones extremas.
Además, estos equipos están especialmente diseñados para no dañar los componentes eléctricos ni los circuitos, algo crucial en entornos donde la tecnología y la electrónica son constantes. Su capacidad de soportar altas temperaturas y su compatibilidad con materiales sensibles los convierten en la opción ideal para centros de innovación como el CTAG.
En un contexto donde la electrificación de la automoción avanza con fuerza, resulta imprescindible integrar en los protocolos de seguridad extintores para litio, sistemas automáticos de detección y planes de contingencia específicos para instalaciones con riesgo de fuga térmica.
Baterías de litio: energía del futuro, riesgos del presente
Las baterías de litio son el corazón de la transición energética, impulsando desde vehículos eléctricos hasta equipos portátiles y sistemas de almacenamiento doméstico. Su densidad energética las convierte en una solución eficiente, pero también en un desafío de seguridad cuando no se manipulan o almacenan correctamente.
Una batería de litio dañada o sobrecalentada puede entrar en fuga térmica, una reacción en cadena que eleva su temperatura interna y libera gases inflamables. Esta reacción puede derivar en incendios persistentes y difíciles de extinguir si no se utilizan los medios adecuados.
Por eso, la prevención y el equipamiento especializado son vitales. El suceso del CTAG demuestra que incluso en entornos con altos estándares tecnológicos, el riesgo siempre está presente. Sin embargo, la formación del personal, el uso de contenedores seguros y la presencia de extintores específicos marcan la diferencia entre un incidente controlado y una tragedia industrial.
Una respuesta rápida y coordinada que evitó daños mayores
La respuesta inmediata de los equipos de emergencia fue determinante para evitar consecuencias más graves. El protocolo incluyó la participación de Bombeiros do Baixo Miño, Bombeiros do Morrazo, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y Urxencias Sanitarias, que actuaron de forma conjunta para asegurar el perímetro y garantizar la seguridad del personal.
Una vez sofocado el fuego, los bomberos procedieron a sumergir las baterías afectadas en agua, donde permanecerán varios días. Este método permite neutralizar completamente la reacción química interna, eliminando el riesgo de que el material vuelva a inflamarse.
El CTAG confirmó que el contenedor estaba acondicionado con medidas de seguridad específicas, lo que evitó la propagación del fuego y minimizó el impacto ambiental. Esta actuación se considera un ejemplo de buena gestión de emergencias industriales, en línea con los estándares europeos de seguridad energética.

